ALAMBIQUES: AGUARDIENTES, LICORES Y ACEITES
En la alacena de nuestra abuela si había algo que llamaba poderosamente la atención eran esas botellas y frascos de cristal que casi siempre estaban en los últimos estantes y a los que los más pequeños tenían prohibido tocar y mucho menos, probar.
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Algunos de estos tarros contenían cremas, ungüentos, hierbas y hojas preparados para utilizar en casos necesarios, cuando la botica no existía o estaba al alcance de unos pocos. Pero también junto a ellos, estaban las botellas más grandes, las que contenían el aguardiente, el orujo u otros licores.
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Los aguardientes son todas las bebidas alcohólicas de alta graduación, secas o aromáticas obtenidas por destilación del vino o de determinados cereales, frutas, semillas como el centeno, la cebada, las bayas de enebro, la cereza, el anís entre otros.
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La destilación para la obtención de alcohol fue un descubrimiento árabe y a través de su actividad comercial se extendió por el Mediterráneo.
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La primera utilización del alcohol fue como sustancia medicinal.
En el siglo XIII se hablaba del espíritu del vino, origen del término “espirituosas” con que se conocían las bebidas alcohólicas.
Para el destilado necesitamos EL ALAMBIQUE (DEL ÁRABE AL-AMBIQ, Y ESTE A SU VEZ DEL GRIEGO AMBICOS= VASO, aunque también podemos obtener licores y bebidas simplemente macerando frutos y por ello la receta de hoy está relacionada con FRUTOS DEL BOSQUE, que además son abundantes en nuestros montes.
VODKA DE MORAS SILVESTRES
Las moras prestan su aroma al vodka y lo tiñen de un color rojo oscuro, casi negro.
El vodka de mora es un licor delicioso y un trago para las celebraciones.
Tenéis que recoger:
-450 g de moras silvestres, desgranadas
-100 gramos de azúcar
-10 almendras enteras, sin pelar
-1,1 litro de vodka.
Buscar una botella limpia y verter las moras hasta que alcancen dos terceras partes de la altura.
Verter el azúcar a través de un embudo.
Machacar las almendras y añadirlas a las moras a continuación echar el vodka.
Agitar la botella.
Diariamente unos días hay que agitar la botella hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Hay que dejar reposar tres meses en un sitio oscuro, luego hay que colar el contenido y pasarlo a otra botella, a continuación sellarla.
Y… tened paciencia: HAY QUE ESPERAR UN AÑO ANTES DE DEGUSTARLO, PERO EL RESULTADO ES EXTRAORDINARIO, DIGNO DE UNA CELEBRACIÓN.
Charo Alcaide
(Dedicada la receta al alclimista Mefistófeles)